La sensación de
inseguridad es un estado subjetivo de los individuos de una sociedad que
sienten temor ante una posible amenaza contra sus bienes, su familia o su
persona. También es un estado afectivo individual de un sujeto en particular,
frente a la perspectiva de que algo malo le sucederá.
Para que exista
dicha sensación de inseguridad, existe invariablemente una condición objetiva
de falta de seguridad que la alimenta; es decir la gente se siente insegura
frente a diversos hechos que ocurren, ya sea en algún momento de sus vidas o cuando
perciben la ocurrencia en el ambiente que las rodea, aún sin que se hayan visto
afectadas de manera directa.
En la medida que
aumenta esa situación objetiva (la ocurrencia real de hechos contra la
seguridad) la sensación de inseguridad comienza a germinar en una determinada
población.
La proporción
entre el factor objetivo y este componente subjetivo puede variar por diversas
razones, de modo tal que no es posible establecer un parámetro que permita relacionar
una proporción entre ambos.