En la práctica
forense, se utilizan distintas técnicas para detectar sangre en la escena de un
Crimen.
El Luminol es un
fluido químico que permite descubrir trazas y manchas de sangre en lugares
donde no es visible, sobre todo cuando el autor ha borrado las huellas del
crimen.
Existen
innumerables casos, donde una mancha de sangre puede constituir la diferencia
entre liberar o incriminar al culpable. Pero muchos de estos casos criminales
constituyen verdaderos desafíos para investigadores y forenses.
En la mayoría de
los hechos de sangre, vasta una simple inspección ocular para determinar cómo
puede haber sucedido un crimen: Comprobar si hubo lucha, si la víctima se
defendió o si el agresor actuó con saña y alevosía. Esto es posible por la gran
cantidad de evidencia encontrada en el lugar.